El despertador sonó aquel día como todos los días. Levantarse temprano pasó a ser parte de mi realidad durante años, como tantas personas.
Pero este día tenía algo diferente, a pesar de la rutina.
Es que había abierto los ojos, dando gracias a Dios por ese día…
Luego agradecí por la ducha, más tarde por el desayuno y la ropa con la que me estaba vistiendo. La palabra «gracias» quedó resonando en mi interior durante toda aquella jornada.
Así fue como a medida que viajaba hacia mi lugar de trabajo, iba dando gracias por sentarme en el tren, por llegar a tiempo a la oficina, por el café tan rico que tomé… Y el buen humor parecía ir en aumento proporcionalmente con mi agradecimiento.
Sin embargo, algo llamó mi
atención. Las caras de quienes me rodeaban no parecían encajar en mi día feliz. Fue entonces que me propuse realizar un experimento:
atención. Las caras de quienes me rodeaban no parecían encajar en mi día feliz. Fue entonces que me propuse realizar un experimento:
¿Qué tal si extendía mi agradecimiento a las personas que me rodeaban, además de mi saludo? Así fue como además del «buen día» comencé a agradecerles lo que hacían por mí, a veces un simple «gracias por sonreirme, me hace bien».
El resultado superó ampliamente mis expectativas: el buen humor se generalizó, y aquel ha sido uno de los mejores días en aquella oficina.
Cada día que comienza es un regalo del cielo. Vivirlo con agradecimiento puede transformar tu realidad. ¿Le has agradecido a Dios por abrir los ojos en este día? ¿Le diste gracias por tener una cama para dormir, o una silla donde sentarte? Te desafío a que pienses por cuántas cosas aún no dijiste gracias a Dios, que realices una lista y que luego comiences a agradecer… La Palabra de Dios nos enseña a ser agradecidos en todo, pero no tomamos conciencia de la verdadera dimensión de «todo» hasta que no lo detallamos.
Muéstrate agradecido también con tus seres queridos, tus amigos, tus compañeros… toma el tiempo de decir «gracias», vive el reto de ser agradecido todo este día y prepárate para vivirlo feliz y con una sonrisa permanente.
Muéstrate agradecido también con tus seres queridos, tus amigos, tus compañeros… toma el tiempo de decir «gracias», vive el reto de ser agradecido todo este día y prepárate para vivirlo feliz y con una sonrisa permanente.