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Navegando a través del Desierto Espiritual hacia la Promesa de Dios

Del desierto a la promesa

Del desierto a la promesa

¡Qué hermoso es estar cerca de Dios! Es increíble estar adorándolo con todos nuestros hermanos y hermanas en la iglesia, ¿no? Es como sentir que casi puedes tocar su amor. Luego, cuando sales de ahí, esa sensación buena te sigue, ¿verdad? Te acompaña a casa y se queda contigo hasta la próxima vez que nos reunamos y volvamos a sentir todo ese cariño que Dios tiene para cada uno de nosotros. ¡Dios es tan increíblemente hermoso!

Pero llega un momento en el que las cosas cambian. Te sientes diferente. La frustración se apodera de ti y esa oración que solía ser como un nuevo cántico ahora se reduce a un simple «Dios, ¡ayúdame!». Parece que tus palabras no van a ninguna parte, se quedan flotando en el aire o salen disparadas sin dirección, y te preguntas: «Señor, ¿dónde estás?»

El Propósito del Desierto: Entrenamiento para el Nuevo Movimiento del Espíritu Santo

Recuerdo lo que dijo aquel hombre tan íntegro, justo, y tan fiel a Dios en todo momento: «He buscado por todas partes, hacia el este y el oeste, al norte y al sur. No lo encuentro en ninguna parte.» Job 23:8-9

¿No es eso lo que sientes en medio de tu desierto? Todo lo que anhelas es escuchar a Dios, pero todo lo que obtienes es un profundo silencio. Como Job, buscas por todas partes y parece que Dios está ausente.

Todo lo que ves a tu alrededor es desierto.

Nos gustaría evitarlo; buscamos un atajo o desvío, pero no existen. La ruta de la tierra prometida pasa, ineludiblemente, por el desierto, y la tierra no podrá ser conquistada si no lo atravesamos.

Lecciones del Desierto: Entendiendo la Guía Divina y la Preparación

Los que están sintonizados con lo que el Espíritu de Dios está haciendo en estos tiempos, entenderán claramente sus movimientos y obedecerán su dirección. Pero aquellos que no captan los tiempos y las señales que Dios nos da, se perderán en entender lo que Él quiere hacer en sus vidas y, por lo tanto, podrían no actuar en consecuencia. Jesús tocó este tema de una manera interesante.

«Jesús les dijo a todos: ‘Cuando ven que se forma una nube en el oeste, enseguida dicen: ‘Viene lluvia’, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, dicen: ‘Va a hacer calor’, y así sucede. ¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo es que no interpretan este tiempo?‘». (Lucas 12:54-56)

Jesús señaló a los judíos porque buscaban las cosas equivocadas en el momento equivocado. La Biblia dice: «Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo» (Eclesiastés 3:1). El desierto en la vida de un creyente tiene un propósito: prepararlo para algo significativo que vendrá.

Visión de Esperanza: Superando Desafíos hacia la Tierra Prometida

Esto va para aquellos que están siguiendo a Dios. El desierto tiene un propósito: nos entrena y nos prepara para algo nuevo que el Espíritu Santo quiere hacer en nuestras vidas. Si no entendemos esta verdad, cuando entramos en el desierto, es probable que nos comportemos de manera incorrecta. Sin darnos cuenta, podemos empezar a hacer cosas que no están bien.

Si te sientes tentada a buscar una salida antes de entender por qué Dios te ha llevado a ese lugar desértico en tu vida, podrías quedarte atrapada en esos lugares secos durante mucho tiempo. El resultado puede ser enfrentar dificultades, frustraciones y derrotas, a menos que entiendas que fue Dios quien te guió al desierto y que Él está cuidando de ti.

Eso es exactamente lo que le pasó al pueblo de Israel. Como no comprendían por qué estaban en el desierto, toda una generación murió antes de entrar en la tierra que Dios les prometió. Dios quería ponerlos a prueba, prepararlos y enseñarles en el desierto, pero el pueblo no lo entendió así. Por eso se quejaron, protestaron y pecaron constantemente.

Cuando llegó el momento de abandonar el desierto y finalmente entrar en la tierra prometida, prefirieron hacer caso a los informes de los espías asustados. Tuvieron que escoger entre las promesas de Dios respaldadas por su entrenamiento divino, o la perspectiva humana junto con la debilidad humana, y lamentablemente, eligieron la última opción, desobedeciendo a Dios.

Dudaron de poder heredar la tierra que fluía con leche y miel, tal como Dios había prometido. Por eso Dios les dijo: «Haré que reciban lo que merecen». «Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que nosotros, en esta última etapa de la historia, aprendamos de ellos» (1 Corintios 10:11).

Fortaleza en la Adversidad: La Perspectiva Bíblica para Perseverar en el Desierto

Cometieron errores porque no entendían quién es Dios y cómo es su carácter. Lo que parecía ser un tiempo corto en el desierto se alargó y se convirtió en toda una vida.

Pero aquellos que saben que tienen que atravesar el desierto para llegar a la tierra prometida, enfrentan esas dificultades con alegría. Saben que más allá de ese lugar árido y difícil les espera la «tierra prometida». Tener esa visión del futuro glorioso les da la fuerza para terminar esta jornada. Les da el coraje necesario para superar los obstáculos con el objetivo de llegar a ser «maduros y completos, sin que les falte nada» (Santiago 1:4).

Dios está preparando vasos útiles para su servicio, 
aptos que reciban el nuevo mover de Espíritu Santo.
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