Las palabras de 2 Crónicas 20:6-11 ¡son palabras de combate! Si escuchamos lo que el Señor nos está diciendo a través de ellas, aprenderemos algo que cambiará nuestro plan de batalla para siempre y nos dará victoria tras victoria.
Después de iniciar su oración, reconociendo lo grande, magnífico, poderoso y maravilloso que es el Señor, Josafat comienza a relatar actos poderosos específicos que Dios había realizado en el pasado para proteger a su pueblo y confirmar las promesas que les había hecho. Y, finalmente, al presentar su petición, expresa su confianza en que Dios manejará el problema. Josafat dijo en tantas palabras: “Ah, de paso, nuestros enemigos están viniendo contra nosotros para tratar de quitarnos la posesión que tú nos diste por herencia. Pensé en mencionarte este problemita. Pero eres tan grande; sé que ya lo tienes todo bajo control”.
Cuando pedimos ayuda a Dios, deberíamos recordar que Él nos escucha desde la primera vez que se lo pedimos. No es necesario que pasemos nuestro tiempo de oración pidiendo las mismas cosas una y otra vez. Podemos seguir hablándole de nuestras necesidades hasta tener en nuestros corazones la certeza de que tenemos una victoria, pero no necesitamos hacerlo para mover a Dios.
Dios tiene un plan para liberarnos de cada situación, aun antes de que esas situaciones se presenten. Él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Dios no se sorprende cuando el enemigo nos ataca, y no está en el cielo retorciéndose las manos, tratando de imaginarse qué hacer. Nuestra tarea es concentrarnos en Él y en su gran poder, adorándolo y alabándolo por la manifestación de su solución, y escuchando una palabra de dirección de su parte. ¡Dios siempre tiene un plan de batalla exitoso!
Fuente: La Bilbia de la vida diaria, de Joyce Meyer.
“Antes, seguindo a verdade em amor, cresçamos em tudo naquele que é a cabeça, Cristo”.- Efésios 4:15
Nosso alvo como cristãos é amadurecer na presença de Jesus Cristo no mundo, sendo o seu Corpo unificado de seguidores. Este alvo desafiador só pode ser realizado se falamos a verdade – a mensagem de Deus inspirada pelo Espírito – e o fazemos com uma atitude de amor. Como podemos esperar comunicar a mensagem do amor de Deus que enviou Jesus, se não vivemos esse amor diariamente?
Que Deus em Cristo Jesus nos abençõe
Missionário Sergio Christino