Renovación Espiritual: Oír la voz de Jesús en medio del caos
Oír la voz del Salvador
Cuando comencé mi vida cristiana había dos libros que no podían faltar en mi bolso: el primero era la Biblia y el segundo, el Himnario. En cada servicio cantábamos algún «Himno de gloria«. A medida que iba creciendo en mi conocimiento del Señor y su Palabra, los mensajes de los himnos iban transformándose en una verdadera fuente de adoración y motivación.
Te comparto «Oír la voz del Salvador«, que me invita a escuchar a mi Señor Jesús, y estoy segura, lo hará contigo también:
Oí la voz del Salvador
Decir con tierno amor:
Ven, ven a mí, descansarás,
Cargado pecador.
Tal como era, a mi Jesús,
Cansado, yo acudí;
Y luego, dulce alivio y paz
Por fe de Él recibí.Oí la voz del Salvador
Decir: Venid, bebed,
Yo soy la fuente de salud.
Y apago toda sed.
Con sed de Dios, del vivo Dios,
Busqué a mi Emmanuel;
Lo hallé y Él apagó mi sed,
Y ahora vivo en Él.Oí su dulce voz decir:
Del mundo soy la luz,
Miradme a mí y salvos sed,
Hay vida por mi cruz.
Miré a Jesús y así en Él
Mi norte y sol hallé,
Y en esa luz de vida yo
Aquí siempre andaré
Para nosotras, mujeres cristianas, buscar la voz de Jesús es como buscar un oasis en medio del desierto. En el himno «Oí la voz del Salvador», encontramos palabras que nos recuerdan que en Jesús podemos encontrar descanso y renovación, sin importar cuán pesadas sean nuestras cargas.
Contenido de esta publicación:
Descanso al oír la voz del Salvador
Imagina a Jesús extendiendo sus brazos hacia ti, con amor y compasión, diciendo: «Ven, ven a mí, descansarás, cargado pecador». Es como si nos estuviera diciendo: «Ven, deja tus preocupaciones y cansancios a un lado, aquí encontrarás un lugar seguro para tu corazón agotado». En un mundo lleno de responsabilidades y desafíos, Jesús nos ofrece un refugio donde podemos dejar nuestras cargas y encontrar descanso genuino.
Renovación espiritual
A veces, nos sentimos como si estuviéramos sedientas de algo más en nuestras vidas. Jesús nos dice: «Venid, bebed, Yo soy la fuente de salud», invitándonos a saciar nuestra sed en Él. Es como si nos estuviera diciendo: «Ven, bebe profundamente de mi amor y gracia. Yo soy la fuente que nunca se agota, y en mí encontrarás la renovación que tu alma necesita». En medio de nuestros momentos de sequedad espiritual, podemos encontrar en Jesús una fuente de vida y esperanza que nos renueva por completo.
Guiadas por la luz de Jesús
Cuando todo parece oscuro y confuso, Jesús nos ofrece su luz. Él nos dice: «Yo soy la luz del mundo». Es como si nos estuviera diciendo: «Mira hacia mí y encontrarás el camino hacia la verdadera vida y salvación». En medio de las incertidumbres y desafíos de la vida, Jesús se convierte en nuestra brújula, guiándonos con su amor y verdad. Siguiendo sus pasos, encontramos dirección y propósito en nuestro caminar diario.
Escuchar la voz de Jesús se convierte en una meta valiosa para nosotras, mujeres cristianas. A través del himno «Oí la voz del Salvador», somos recordadas del amor infinito de Jesús y de su constante llamado a venir a Él en todas las situaciones de la vida. En medio de nuestras cargas y sed espiritual, encontramos en Jesús el descanso para nuestras almas, la renovación de nuestro espíritu y la luz que ilumina nuestro camino hacia la vida eterna. Que cada una de nosotras pueda escuchar y responder a esta voz con fe y entrega, encontrando en Jesús todo lo que nuestro corazón anhela y necesita.
Hola amiga, vuelvo a tu blog porque ahora ya no tengo mucho tiempo para el internet jaja mis entradas las escribo a veces a mano cuando tengo tiempos libres y llego a pasarlas rapido…
Pero sigues siendo de mucha bendicion y a mi me gusta mucho este canto, lo tenemos en nuestra Iglesia de Mexico y no cabe duda que muchos himnos reflejan el trabajo de sus autores en la obra misionera que nuestro Senor nos encomendo a todos!
Gracias por los datos importantes y que Dios te bendiga mucho amiguita!
Hola Pat, precioso contenido el de este himno. Lástima que en muchas iglesias se esté perdiendo la alabanza a Nuestro Dios con himnos tan hermosos como éste, la mayoría escrito por personas que atravesaron grandes dificultades, pero que supieron descubrir en medio de ellas, los Tesoros que Dios tenía guardados para ellos. Muchas bendiciones Pat. TK.