Padre amado, nos ponemos en la brecha por las familias que padecen violencia. Te rogamos, Señor, que socorras a todas las víctimas de violencia familiar. Te pedimos juntos por esos niños que son golpeados, abusados y lastimados con maltratos verbales. Te rogamos que acudas en su ayuda, librándolos de todo este padecimiento. Sé escudo para ellos Señor, no permitas que continúen sufriendo.
Te rogamos por las mujeres que están siendo maltratadas por sus esposos. Te pedimos por los varones que están siendo dañados por sus esposas. Te pedimos por los abuelos que son maltratados por sus hijos y familiares.
Trae ayuda a estas personas, que no callen su dolor sino que puedan ser socorridos por personas que tengan la capacidad de ayudarlos, y ponerlos a salvo. Envía al personal idóneo para hacer esta tarea, Señor.
Guarda sus vidas, protégelos, no permitas más heridas ni muertes por violencia de género o por abuso infantil. Trae protección sobre los que están en riesgo, los más débiles, los que tienen miedo, los que están enfermos, todas las víctimas actuales sean abrazadas y asistidas por tu amor, Señor.
Danos conciencia de que esto sucede en cualquier nivel social y en todos los ámbitos, y permítenos ser canal de ayuda y bendición sobre las personas que padecen este mal, así como también, poder erradicarlo de nuestros hogares.
Sal 91:1 El que habita a la sombra del Altísimo, se acoge a la protección del Todopoderoso.
Sal 91:2 Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza. Dios mío, confío en ti».
Sal 91:3 Dios te salvará de los peligros escondidos y de las enfermedades peligrosas;
Sal 91:4 pues te protegerá con sus alas y bajo ellas hallarás refugio. Su fidelidad será tu escudo y tu muralla protectora.
Sal 91:5 No te atemorizarán los peligros de la noche, ni las flechas que se lanzan en el día;
Sal 91:6 tampoco las plagas que llegan en la noche, ni las epidemias que a plena luz del día causan destrucción.
Sal 91:7 Mil caerán muertos a tu izquierda y diez mil a tu derecha, pero a ti no te sucederá nada.
Sal 91:8 Sólo fíjate y verás que los perversos recibirán su merecido.
Sal 91:9 Porque tú confiaste en el Señor e hiciste que el Altísimo fuera tu protección.
Sal 91:10 Nada malo te sucederá, ni habrá enfermedades en tu casa.
Sal 91:11 porque él dará orden a sus ángeles para que te protejan a dondequiera que vayas.
Sal 91:12 Ellos te levantarán con sus manos para que no te tropieces con piedra alguna.
Sal 91:13 Pisotearás leones y serpientes venenosas, triunfarás sobre cachorros de león y dragones.
Sal 91:14 «Yo lo salvaré porque confió en mí; lo protegeré porque reconoce mi nombre.
Sal 91:15 Me llamará y yo le responderé; estaré con él cuando se encuentre en dificultades; lo rescataré y haré que le rindan honores.
Sal 91:16 Haré que disfrute de una larga vida y le mostraré mi salvación»