Que valga la pena el camino que transitas, mujer
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El Viaje Hacia la Sabiduría
Hace mucho tiempo, la historia de la reina de Sabá resonaba con fuerza (lee 1 Reyes 10:4-5). Ella escuchó sobre la fama de Salomón y su devoción al Señor, y este relato la movilizó profundamente. A pesar de que en su tierra había múltiples dioses a quienes adorar, su interés se centró en el Dios de Israel.
Esa chispa en su corazón la llevó a emprender un viaje de 1.400 millas a través de los ardientes arenas del desierto de Arabia. Imagina esto: durante aproximadamente seis meses, ella y su séquito de seguidores, llevando valiosos regalos como especias, oro y madera poco común, se aventuraron en este vasto y desafiante territorio. Aunque poseía riquezas, buscaba algo más, algo que solo podría encontrar a través de su encuentro con Salomón.
El Encuentro con la Sabiduría
Tras un largo trayecto, finalmente llegaron a su destino. Las expectativas de la reina se cumplieron con creces. Las pruebas de la sabiduría de Salomón no solo se manifestaron en sus palabras, sino también en sus obras: la magnificencia de su palacio, la exquisita comida, la organización de su corte y, sobre todo, un impresionante viaducto que conectaba su palacio con el templo, recientemente descubierto en ruinas. Era un lugar asombroso, pero ella buscaba algo más valioso: el acceso a la sabiduría del Dios único del Universo.
Ella entabló largas conversaciones con Salomón, planteándole preguntas profundas acerca de Dios. Este tipo de intercambio intelectual era apreciado por su cultura, y la reina se retiró exhausta pero satisfecha por las respuestas recibidas, además de los valiosos regalos que obtuvo. Encontró lo que anhelaba y proclamó: «Bendito sea el Nombre del Señor».
La Sabiduría que Trasciende
Jesús también menciona a la reina de Sabá, honrando su búsqueda de sabiduría. Es como si la reina hubiera escuchado de Jesús la palabra de aliento «que valga la pena«. Ella se esforzó y emprendió un largo viaje en busca de conocimiento, pero la sabiduría que hoy podemos acceder a través de Jesús brilla mucho más que la de Salomón. Si ella invirtió seis meses en su búsqueda, ¿cuánto más deberíamos esforzarnos nosotros por alcanzar la sabiduría que Dios libremente ofrece?
Cuando las personas nos encuentren, no será nuestra riqueza material o nuestro carisma lo que más los impresionará o los acercará a Dios. Será la perla de sabiduría espiritual que se reflejará a través del Espíritu Santo en nosotros. Ellos se sentirán saciados cuando se vayan, y la riqueza de nuestro encuentro perdurará y dará frutos en sus vidas cuando compartamos las riquezas que Dios ha depositado en nuestro ser.
A veces pasamos desiertos prolongados, y no entendemos bien la mala racha. Sin embargo, a los que aman a Dios todo les ayuda a bien. Confiemos que también esos largos caminos han servido para fortalecer la fe, proveer sabiduría y hacer que valga la pena haber transitado por esa ruta.
Haz que valga la pena cada encuentro
Busquemos la sabiduría de lo alto, porque Dios la otorga generosamente. Dediquemos tiempo a conocerlo más profundamente, y no solo seremos espiritualmente enriquecidos, sino que aquellos que se crucen en nuestro camino descubrirán tesoros que han estado buscando por todo el mundo. Haz que cada viaje que hayan emprendido hasta ti valga la pena.