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Activar las bendiciones de Dios involucra habitar en la paz o la shalom de Dios; la cual es una palabra que incluye prosperidad, seguridad, salud, protección, fertilidad y abundancia. De acuerdo con la definición hebrea, podemos sustituir la palabra prosperidad por shalom (paz).

La religión nos ha condicionado a creer que la vida debe estar llena de problemas y que un día, tarde o temprano, iremos al cielo y entonces tendremos paz. La paz no es solamente para el cielo, sino también para este momento en la tierra. Sus días no deben estar llenos de problemas; eso no quiere decir que no tendrá problemas, pero podemos decirle a los problemas que se vayan. No debe vivir una vida de preocupación y angustia. La paz es suya. La prosperidad es suya. Incluso en medio de problemas, todo ello no le quitará su paz.

Todo el mundo está buscando paz. Pero solamente hay un camino hacia la paz y es por medio de Jesús. Él dice: “Yo soy el camino . . . ” (Juan 14:6).

Dios es Jehová–shalom (el SEÑOR es paz) (Jueces 6:24). Tener a Jesús en su corazón es el camino hacia la paz. Sin Jesús, no hay paz. Es entonces que viene la prosperidad, es entonces que viene la bendición. La paz es lo que usted posee como santo de Dios. Usted también es un pacificador y de acuerdo con Mateo 5:9, es bienaventurado. Usted lleva shalom adondequiera que va, porque Jesús está en su interior. Usted puede cambiar completamente la atmósfera de un lugar, porque el Príncipe de Paz vive en su interior. Este es su pacto.

¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! –Romanos 10:15

El evangelio es que Jesús vino y murió para que pudiéramos experimentar la shalom de Dios. El castigo (el precio) de nuestra paz fue cargado sobre Él. Él fue azotado y crucificado para que pudiéramos tener paz. Todo aquel que cree en el Mesías y se somete a Él, puede tener paz.

Podemos tener prosperidad y vivir seguros, y todas las malas bestias serán echadas de nuestra vida. No seremos atormentados por demonios. Tendremos la bendición de Dios. Es la garantía de su pacto de paz. Le pertenece a los santos de Dios. Así que no importa qué tan mal estén las cosas, no permita que el enemigo se robe su paz y su shalom.

No importa lo que suceda, diga: “Jehová–shalom, Tú eres mi paz. Tú eres mi prosperidad. Tú eres quien me da shalom. Me niego a ser atormentado por el enemigo, engañado, agobiado, oprimido, pobre o arruinado. Me niego a no tener la paz de Dios, porque Jesús fue castigado por mi paz. Soy un santo de Dios. Estoy bajo el pacto. Tengo el derecho a la paz. Puedo caminar en ese pacto. Podrán caer mil a mi lado y diez mil a mi diestra, pero a mí no llegará, porque tengo un pacto de shalom”.

Comprenda que esto no es algo que vendrá un día. Está aquí y es suyo. Jesús es el Príncipe de Paz. ¿Tiene a Jesús en su interior? Su paz es sobrenatural. Ya está hecho. Todo lo que debe hacer es caminar en fe y será suyo. Esta es la razón por la que vino Jesús.

–Extracto tomado del libro Oraciones que activan las bendiciones por John Eckhardt.

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