Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar solitario.
—Lucas 4:42
Jesús, en quien Dios dijo que tenía complacencia, habitualmente se levantaba temprano a orar: «Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar» (Marcos 1:35). Si el Señor Jesucristo se tenía que levantar temprano a orar, ¿Cuánto más nosotros deberíamos comenzar nuestro día en oración?
Padre, anhelo llegar a ser más como Jesús. Quiero reflejar su carácter y andar en la fuerza de su poder. Tu voluntad para mí es formarme a la imagen de tu Hijo. Tú eres el alfarero; yo soy el barro. Moldéame. Forma mi voluntad para que se alinee con la tuya. Enséñame a amar a los otros como tú nos amaste a nosotros. En el nombre de Jesús, amén.