Jesús dijo: «Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanezca en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada»
– Juan 15:5 (NVI)
Disfruto viendo eventos de atletismo.
Lo que más me emociona son las carreras ya que disfruto de la tensión del disparo de salida, y ver a cada corredor dando lo mejor de sí para triunfar, concentrándose en alcanzar la meta. Para mí es de gran satisfacción escuchar el aplauso a los ganadores al posar en la plataforma para recibir sus galardones. También me alegra el aplauso a los atletas que superan sus propias marcas, aunque no sean ganadores.
Asimismo sucede con la experiencia de nuestro discipulado cristiano. Podemos aspirar a servir a Dios más fielmente cada día, porque al vivir en comunión cada día con Él, podemos luchar por sobrepasar nuestra mejor marca en su honor. Es por ello que Jesús habla de nuestras vidas en comunión con Él, y que debemos convertirnos en ramas de la vid verdadera, para nutrirnos y dar muchos frutos (Juan 15:5). Apliquemos nuestros esfuerzos y energía utilizándolos en nuestro caminar de fe y vivir plenamente en comunión con Jesús.
Bill Willis