Skip to main content




mo%25C3%25A7a2

Filipenses 2:1-3
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;”

Como la Palabra declara muy claramente, NADA SE DEBE HACER POR CONTIENDA O VANAGLORIA. Cualquier cosa que se haga por estos motivos no es aceptable, incluso si es la predicación de la Palabra así como hacían aquellos que envidiaban a Pablo. De hecho, la contienda es una de las obras de la carne enlistadas en Gálatas 5:20. ¡Puedes predicar la Palabra de Dios y aún así puede ser una obra de la carne! Por eso, antes de empezar nuestra siguiente actividad pensemos: ¿POR QUÉ LO HAGO? ¿Porque El Señor me llamó o probablemente por contienda (porque este o aquél al cual le tengo envidia lo hizo) o vanagloria (por un deseo de que mi ministerio o yo sean visto por otros)? El motivo es lo que determina la calidad de una obra. No queremos obras que sean quemadas en los cielos sino obras en las cuales Dios nos ha llamado a andar. Y absolutamente hay una gran necesidad de obreros para tales obras.

Tassos Kioulachoglou

Español: Aleida López de Steinmetz
Versión Bíblica: Reina-Valera 1960

Deja un comentario

error: Contenido protegido !!