Para muchos lectores, probablemente, constituirá una sorpresa conocer que la Iglesia no es lo mismo que el reino de Dios ni que el reino de los cielos. En la cristiandad en general se toman la Iglesia y el reino como sinónimos. Pero el no hacer distinción entre ellos lleva a serios problemas tanto en la doctrina como en
la práctica.
La Iglesia es una sociedad singular, desemejante a cualquier otra en los tratos de Dios con la humanidad. Cristo es la Cabeza y todos los creyentes son miembros. Las distinciones de raza, posición social, y sexo, quedan abolidas en Cristo; todos vienen a ser uno en Él. La Iglesia empezó en Pentecostés y será completada en el Arrebatamiento o Rapto. Se habla de ella como un solo cuerpo y esposa de Cristo, y está destina da a reinar con Él en Su reino y a compartir eternamente Su gloria. Pero, ¿qué pasa con el reino de los cielos? El reino de los cielos constituye la esfera en la que se reconoce el gobierno de Dios. La palabra cielos se utiliza
figuradamente para denotar a Dios; esto se ve claramente en Daniel 4:25, 26. En el versículo 25, Daniel dice que el Altísimo gobierna el reino de los hombres. En el siguiente versículo dice que el cielo gobierna. Así, el reino de los cielos anuncia el dominio de Dios, que existe allí donde los hombres se someten a este gobierno.
Hay dos aspectos del reino de los cielos. El aspecto más amplio incluye a todo aquel que simplemente profesa reconocer a Dios como el Supremo Gobernante.
Pero en su aspecto interno incluye solamente a las personas que han sido convertidas de una manera genuina. Podemos representar este concepto mediante dos círculos concéntricos, uno pequeño dentro de otro mayor:
El círculo grande constituye la esfera de la profesión; incluye lo verdadero y lo falso, el trigo y la cizaña. El círculo interior incluye solamente a aquellos que han nacido de nuevo mediante la fe en el Señor Jesucristo.
Mediante una comparación con todas las refrencias bíblicas al reino podemos seguir su desarrollo histórico
en cinco fases distintivas:
- Primeramente, el reino fue profetizado en el Antiguo Testamento. Daniel predijo que Dios establecería un reino que nunca sería destruido y que nunca cedería Su soberanía a ningún otro pueblo (Dn. 2:44). También previó la venida de Cristo y Su reino universal y eterno (Dn. 7:13,14; ver también Jer. 23:5, 6).
- En segundo lugar, el reino es descrito como estando el Bautista, después, Jesús, y luego los discípulos
anunciaron que el reino estaba cerca (Mt. 3:2; 4: 17; 10:7). El Rey había venido a presentarse a sí mismo ante la nación de Israel. Jesús dijo: « .. si yo echo fuera los demonios en virtud del Espíritu de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios» (Mt. 12:28). En otra ocasión dijo: « … el reino de Dios está en medio de vosotros» (Le. 17:21). Estaba presente porque el Rey había llegado a la escena. (Mientras que las dos últimas referencias tratan del reino de Dios, y no con el reino de los cielos, mostraremos después que ambos términos se utilizan de forma intercambiable en el Nuevo Testamento.) - En tercer lugar, el reino es descrito como estando en una forma provisional. Después de ser rechazado por la nación de Israel, el Rey volvió al cielo. El reino existe hoy en los corazones de aquellos que reconocen Su condición de rey mientras que Él está ausente. Esta fase provisional del reino queda descrita en las parábolas de Mateo 13.
- La cuarta fase del reino es su manifestación. Esta es el reino literal, milenial, de Cristo sobre la tierra. Tuvo su prefiguración en el Monte de la Transfiguración, cuando el Sei’íor fue visto en la gloria de Su reino venidero (Mt 16:28). Jesús se refirió a este reino cuando dijo: «Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos» (Mt. 8: 11).
- La quinta y final forma será el reino eterno. Este es descrito en 2 Pedro 1: 11 como «el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». La expresión «reino de los cielos» se halla solamente en el evangelio de Mateo.
El término «reino de Dios» se halla en los cuatro evangelios. Para todos los propósitos prácticos no existe diferencia, pues las mismas cosas se dicen de ambos. Por ejemplo, en Mateo 19:23 Jesús decía que sería difícil que un hombre rico entrara en el reino de los cielos. En Marcos 10:23 y Lucas 18:24 se cita a Jesús diciendo lo mismo acerca del reino de Dios. También Mateo cita a Jesús diciendo más o menos lo mismo acerca del reino de Dios (cp. Mt 19:23,24).
Otros pasajes en los que se utiliza el reino de los cielos y el reino de Dios de forma intercambiable son: Mateo 4:17, comparar con Marcos 1: 15.
Mateo 8:11, comparar con Lucas 13:29.
Mateo 10:7, comparar con Lucas 9:2.
Mateo 11:11, comparar con Lucas 7:28.
Mateo 13: 11, comparar con Marcos 4: 11.
Mateo 13:31, comparar con Marcos 4:30,31; Lucas 13:18.
Mateo 13:33, comparar con Lucas 13:20,21.
Mateo 19:14, comparar con Marcos 10:14; Lucas 18:16.
Reino de los Cielos
En su aspecto exterior incluye a todos los que son genuinamente súlxlitos del Rey y también a aquellos que simplemente profesan lealtad. Esto se ve en la parábola del sembrador (Mt.13:3-11), la parábola del grano de mostaza (Mt 13:31,32), y la parábola de la levadura (Ml 13:33).
Con respecto a su realidad verdadera, interna, solamente se puede entrar en el reino de los cielos mediante la conversión (Mt. 18:3).
Reino de Dios
También incluye lo verdadero y lo falso. Ello se ve en la parábola del sembrador (Le. 8:4-10), la parábola del grano de mostaza (Le. 13:18, 19), y la parábola de la levadura (Le. 13:20,21). Con respecto a su realidad
verdadera, interna, solamente se puede entrar en el reino de Dios mediante el nuevo nacimiento (Jn.3:3,5).
Pablo se refería a la realidad interna cuando decía que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Ro. 14: 17). También enfatiza que «el reino de Dios no consiste en
palabras, sino en poder» (1 Co. 4:20). La distinción entre el reino y la iglesia puede verse en lo siguiente: El reino empez6 cuando Cristo inició Su ministerio público; la Iglesia empezó el día de Pentecostés (Hch. 2). El reino continuará sobre la tierra hasta que ésta sea destruida; la Iglesia continuará sobre la tierra solamente hasta el Arrebatamiento; entonces volverá con Cristo en Su Segunda Venida a reinar con El como Su Esposa. En el presente las personas que se hallan en el reino en su realidad verdadera, interna, se hallan también en la Iglesia; este es el único aspecto en el que ambos se solapan.
Fuente: Cuál es la diferencia?, de W. Mac Donald
EXCELENTE ESTUDIO PAT! BENDICIONES!! Y DESEEMOS CONSTANTEMENTE QUE EL REINO DE DIOS SE ESTABLEZCA EN NUESTRAS VIDAS!
¡EXCELENTE ESTUDIO PAT! PASABA A SALUDARTE Y DESEARTE BUENAS NOCHES, TE BENDIGO EN EL NOMBRE DE JESÚS..