María, con su paciencia, ternura y sacrificio, encarna el amor de Cristo al cuidar a Nicolás, quien enfrenta desafíos especiales. Su dedicación va más allá de las limitaciones físicas de Nicolás y refleja el amor de Dios que trasciende nuestras debilidades y limitaciones.

El cortometraje nos desafía a ver el mundo desde una perspectiva más compasiva, a mostrar amor sin condiciones y a ser instrumentos del cuidado divino en la vida de los demás. Nos recuerda el mandato cristiano de amar al prójimo como a nosotros mismos, sin importar las diferencias o dificultades.

Además, resalta la idea de que todos tenemos cuerdas invisibles que nos conectan con otros, y estas cuerdas se fortalecen a través del amor y la comprensión. Así como María se convierte en el apoyo vital de Nicolás, somos llamados a ser esa conexión amorosa y solidaria en la vida de aquellos que nos rodean.

En última instancia, «Cuerdas» nos desafía a reflexionar sobre cómo podemos reflejar y compartir el amor de Dios en nuestras interacciones diarias, mostrando compasión, generosidad y cuidado hacia los demás, tal como lo hizo María en este conmovedor relato.