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Reportaje a una mujer bendecida

Hay mujeres que son amigas de Dios

Hay mujeres que eligieron vivir su vida como hijas de Dios. Son bendecidas y saben que esa bendición que recibieron es un obsequio de Dios que hay que dejar brillar. Mujeres bendecidas para bendecir.

Conocer un poco de su historia nos alienta y nos inspira. Por eso hoy comenzamos con esta nueva sección de reportajes a mujeres que inspirarán tu vida.

El primer reportaje a una cazadora de promesas

Ella es alegre, creativa, con un gran corazón y con promesas de Dios en abundancia. La mujer de vanguardia de hoy es Lidia E. Cames, una mujer conforme al corazón de Dios.

“Todas las mujeres
necesitamos tener
una fe decidida y firme
en lo que Dios nos ha prometido.”

Lidia E. CamesMinisterio de Mujeres Arcoiris de promesas
Reportaje a Lidia E. Cames

Mi nombre es Lidia E. Cames. Vivo en México y soy casada con dos hijos adultos que ya han formado sus propias familias. Soy profesora jubilada, tengo un ministerio para mujeres cristianas que se llama Arcoiris de promesas. Mi sitio web es arcoirisdepromesas.com, con presencia en las redes sociales con el mismo nombre.

Desde que descubrí que todo lo que Dios nos promete en su Palabra es para nuestra propia bendición, me di a la tarea de buscar promesas que me guiaran en el proceso de transformación en mi vida y mi familia. En ese punto fue que yo empecé a verme como una “cazadora de las promesas de Dios”.

La finalidad de Arcoíris de promesas es animar a las mujeres a que también sean “cazadoras”. El propósito es que puedan mantener su fe en el Señor para concretar todas las promesas divinas en su vida y en su familia. Creo firmemente que las promesas bíblicas nos ayudan a cambiar nuestra vida y cumplir el propósito de Dios para nosotras.

Reportaje a Lidia E. Cames

¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado en tu vida y cómo tu fe en Dios te inspiró a superarlo?

La vida de una mujer cristiana está llena de retos y no ha sido diferente para mí. He tenido que enfrentarme a dificultades distintas como enfermedades, crisis financieras, hasta el crecimiento espiritual que ya es un desafío bastante grande. Pero lo más difícil para mí ha sido restauración de mi familia.

Llegué a los pies de Cristo con una familia rota y disfuncional, donde abundaban las discusiones, pleitos, gritos y la adicción al alcohol que venía a empeorar el cuadro. Yo estaba a punto de abandonar a mi familia, porque estaba segura que ellos “no me comprendían”. No me daba cuenta que el problema más grande era mi carácter tan agresivo y controlador.

Pero Dios en su gran misericordia y con mucho amor y bondad fue mostrándome las promesas que habían para mí cada vez que yo dejaba que Él interviniera en cada decisión que yo tomaba. La transformación de Dios en mi vida influyó para tocar mi hogar y poco a poco ha ido restaurando mi familia.



Ha sido muy doloroso renunciar al orgullo y soltar el control que ejercía sobre mi esposo y mis hijos. Me costó mucho aceptar que sujetarme a mi esposo tiene una promesa poderosa para mi matrimonio y para mi familia (1 Pedro 3:1-2). También me dolió aprender a pedir perdón, así como perdonar y soltar todas las ofensas para sanar viejas heridas.

Pero valió la pena, porque Dios es fiel y hasta ahora he visto su mano cumpliendo sus promesas de restauración, sanidad y bendición una a una, además me ha sostenido dándome fortaleza con su mano poderosa todas las veces que me he desanimado.

Ahora somos una familia que vive en armonía, donde la comunicación fluye en un ambiente de respeto y amor. Mi esposo es un hombre de oración que también se convirtió en un “cazador de promesas”, que ejerce su autoridad amorosa en la familia, así como Cristo lo hace con la Iglesia.

Estoy muy agradecida con Dios por lo que ha hecho y lo que aún hará. Porque todavía no se termina su obra, creo firmemente que todavía hay cosas mayores para mi familia y siempre le daré la gloria y la honra por tan grande amor y bendición.

¿Qué consejo le darías a otras mujeres cristianas que buscan inspiración para crecer en su vida personal y profesional?

Todas las mujeres necesitamos tener una fe decidida y firme en lo que Dios nos ha prometido. Yo les aconsejo que tomen las promesas de Dios como su pan de cada día, sin dudar jamás de que se cumplirán.

Cada situación difícil que tú enfrentas en la vida, tiene una promesa que le va a servir de ancla a tu fe, para salir victoriosa, renovada y fortalecida. Recuerda que las promesas de Dios son para todas las hijas de Dios, no son el privilegio de algunas personas solamente. Dice la Biblia que todas las promesas se han hecho realidad en Cristo, lo único que necesitas es creer que Jesús es tu Salvador y ya con eso tienes acceso a ellas.

Nos conviene aprender a depender y confiar en Dios, aunque enfrentemos circunstancias difíciles, tengamos la seguridad de que Él siempre está a nuestro lado para consolarnos si sufrimos y para levantarnos si tropezamos. Que nunca nos dejemos alterar por lo que estamos viviendo, sino confiar en que Dios tiene un plan perfecto. No podemos negar nuestras emociones, pero tampoco es bueno que nos dejemos llevar por ellas, sino más bien, a pesar de las emociones, mantengamos la confianza en que el Señor tiene planes de bien y un futuro lleno de bienestar y esperanza para nosotras (Jeremías 29:11).

Es importante aprender a aceptar los procesos y las pruebas como parte de la vida confiando en que al final, todas las situaciones complicadas las usará el Señor para bendecirnos de la manera que más lo necesitamos (Romanos 8:28)

¿Cómo integras tus valores cristianos en tu vida diaria, especialmente en tu carrera o proyectos, y cómo esto te ha permitido inspirar a otros?

Esta área es un reto diario en mi vida, pero la lectura de la Biblia y la dirección del Espíritu Santo han sido decisivos en mi vida. Me sirven de recordatorio en los momentos que tengo que decidir lo que a Dios le agrada.

Desde que me levanto, trato de ser consciente de la presencia de Dios en mi vida, de esa forma puedo tener paz y gozo en medio de la dificultad, tratar con amor y respeto a los demás. He aprendido a darle a Dios el control de mi vida, a rendirle todos mis logros y dejar en sus manos todo lo que hago.

Algo que procuro recordar en todo momento es el amor a Dios, el amor hacia mi prójimo y para mí misma. Aquí se engloba un corazón dispuesto a obedecer a Dios, a perdonar, tolerar, ayudar a los demás, sin dejar de lado la identidad que tengo en Cristo para tener amor propio. Para mí son los valores más importantes como hija de Dios y la base de una vida cristiana.

¿Qué rol juega la comunidad (la iglesia y grupos cristianos) y el apoyo de otras mujeres en tu camino para convertirte en una fuente de inspiración?

Sin duda alguna en la comunidad cristiana he tenido una fuente importante de amor, aceptación y cobertura de Dios para mi vida. Nací en una familia cristiana, y crecí en una iglesia, donde aprendí mucho de la Biblia, pero al ser una iglesia de corte legalista, sólo quedó en un aprendizaje de historias y versículos bíblicos.

Después de mucho tiempo, Dios me llevó a otras comunidades donde pude conocer a Jesús, su amor, su gracia y a recibir el apoyo de líderes amorosos y de mujeres cristianas maduras. En un ambiente sano y libre, sin imposiciones ni manipulaciones.

Hasta entonces pude vivir lo que dice la Palabra de Dios acerca de animarnos unos a otros para ayudarnos a fortalecer nuestra vida cristiana ( 1 Tesalonicenses 5:11). Oremos para que sea Dios dirigiéndonos a la comunidad correcta, que sea de edificación y que nos ayude a lograr su propósito en nuestra vida.

¿Podrías compartir una experiencia en la que viste claramente la mano de Dios guiándote hacia una decisión fundamental en tu vida, y cómo eso ha inspirado a quienes te rodean?

He visto la mano de Dios guiando mi vida en muchas ocasiones y en diferentes áreas, pero quiero contarte de la primera vez que literalmente vi su mano guiándome hacia Él.

Sucedió cuando empezaba a sentir la necesidad de Dios en mi vida. Hacía muchos años que me había alejado de sus caminos y yo había hecho de mi vida un caos: vivía en dolor, culpa, depresión y temor. Eran tan grande mi desesperación que no encontraba consuelo, me sentía perdida y no sabía cómo acercarme a Dios. Ni siquiera estaba segura que Él estuviera interesado en mí.

Escuché en algún lado que para salir “del pozo de la desesperación”, lo mejor era tomar la mano de Dios y Él me pondría en el camino seguro. Un día, alguien me aconsejó que yo levantara mi mano y le dijera a Dios que la tomara y me llevara al camino de la paz.

En mi cuarto, en medio de lágrimas lo hice: levanté mi mano y supliqué al Señor que lo hiciera porque yo no podía encontrar el camino. Realmente no sentí nada en ese momento, no sucedió nada sobrenatural; pero en el transcurso de un año, Dios fue poniendo en mi camino las personas correctas y los recursos necesarios que me llevaron a tener un encuentro con Él, cambiando mi lamento en baile.

Desde entonces no me quedan dudas de que la mano de Dios siempre me guiará hacia lo mejor que ha preparado para mí. Transformó mi vida, además de que su amor se extendió hacia mi familia restaurándola conforme a sus promesas.♥

Reportaje a mujeres que inspiran

Reportaje a mujeres que inspiran



Fin del reportaje, pero antes de irnos…

Espero de corazón que seas motivada por todo lo que Lidia nos ha contado aquí. Puedes visitarla en sus redes y descubrir los mensajes poderosos que sanarán tu corazón, y las bellas imágenes con frases cristianas. A continuación verás la lista con sus respectivos enlaces:

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