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«Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, 
espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí…»
Zacarias 12:10

Una de las cosas más difíciles para los cristianos es ser perseverantes en la oración. Una y otra vez intentamos ser regulares y fervientes en la oración pero poco a poco el ímpetu y el fervor inicial se esfuman. Sin lugar a dudas esta es el área más débil en la vida del cristiano. Por cierto, esto no es nada nuevo. Los discípulos de Jesús tuvieron esta experiencia. Es interesante notar que ellos no le pidieron al Maestro que les enseñara a predicar o a echar fuera demonios. El deseo unánime de ellos fue: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas 11:1).

Habían visto en Jesús lo que ellos anhelaban para sus propias vidas. Reconocieron su necesidad y clamaron al que podía ayudarlos. El pasaje de hoy es alentador para todos aquellos desanimados en la práctica de la oración. Dios mismo quiere irrumpir en medio de nuestra debilidad para poner en nosotros un nuevo espíritu de oración. ¡Realmente lo necesitamos para fomentar nuestra intimidad con el Señor, compartirle nuestras cargas y recibir sus bendiciones! El primer paso para llegar a tener una vida de oración saludable y poderosa, es reconocer que somos incapaces de vivir una vida de victoria por nosotros mismos. Es necesario estar concientes de que al depender de Dios nos irá mucho mejor en todos los aspectos. Cuando nos humillemos ante el Señor reconociendo nuestra necesidad de su ayuda, y decidamos comenzar una vida de oración, su poderosa presencia se derramará sobre nosotros y seremos transformados por su Espíritu en verdaderos guerreros de oración. Alguien dijo: «vivir de rodillas nos mantiene de pie». ¡Cuánta verdad encierran estas palabras! Claro que para el mundo parecen ridículas y sin sentido, pero para Dios, que desea derramar sobre nosotros un espíritu de oración, tienen un significado muy profundo. Su palabra nos exhorta a «orad sin cesar» (1 Tesalonicenses 5:17). Para ello Él quiere poner en nosotros espíritu de gracia y oración para que volvamos a Él nuestros ojos.

ORACION

Gracias, Señor porque tu presencia viene a mi vida para cambiar mis hábitos de pereza, adormecimiento y desgano espiritual. Derrama sobre mí un espíritu de oración y haz de mí en este día un guerrero de oración por tu divino poder, para honra y gloria de tu nombre. Por Cristo Jesús, Amén.

Alejandrina López
http://mujerdebendicion.blogspot.com

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