Rompiendo las Cadenas de la Comodidad
Una Perspectiva Bíblica para la Mujer Cristiana del Siglo 21
En el dinámico siglo XXI, donde la comodidad se presenta como un anhelo constante, es crucial que las mujeres cristianas comprendan la trampa sutil que puede representar este estado de bienestar. La comodidad puede convertirse en una barrera que nos impide cumplir el llamado divino y llevar la luz de Cristo a un mundo que lo necesita desesperadamente.
Contenido de esta publicación:
La Perspectiva Bíblica
¿Qué dice la Biblia acerca de la comodidad? Al explorar las Escrituras, descubrimos que el Señor nos llama a salir de nuestra zona de confort y seguir Su ejemplo.
La clave para una vida y un mundo plenos es: Como di, dad. Es decir, así como Dios nos dio, demos nosotros al prójimo:
Como di, dad vosotros fe;
como di, dad vosotros esperanza;
como di, dad vosotros caridad;
como di, sin limites, sin pensar en nada mas que dar, dad vosotros al mundo… y el mundo, será un paraíso.
«Como Yo (Jesús) di, dad» nos revela la clave para vivir una vida que refleje el amor sacrificial de Cristo. Este llamado va más allá de simplemente disfrutar de nuestra propia comodidad; implica dar de nosotros mismos en amor y servicio a los demás.
El Desafío de la Comodidad
Vivir cómodamente puede ser algo seductor, pero como mujeres cristianas, enfrentamos el desafío de no sucumbir a su atracción. Imagina a un marinero que ignora los gritos de alguien que se ahoga; ¿podríamos, entonces, permanecer indiferentes ante las necesidades espirituales de aquellos que nos rodean? La Biblia nos insta a superar la complacencia y a abrazar una vida de servicio y entrega, siguiendo el ejemplo de Jesús.
La Comodidad y el Evangelio
Evangelizar puede parecer incómodo, pero cuando entendemos que la comodidad no debe ser nuestra meta, sino la expansión del reino de Dios, estamos mejor equipadas para compartir el mensaje de salvación. Jesús mismo abandonó la comodidad del cielo para salvarnos; ¿no deberíamos nosotros, como seguidoras de Cristo, estar dispuestas a salir de nuestro confort para llevar el evangelio a los perdidos?
COMO – DI – DAD
Desglosemos esta palabra clave que encierra un mensaje profundo. «Como Yo (Jesús) di, dad» nos desafía a imitar el amor desinteresado de Cristo. Él se dio sin reservas, sin límites. Ahora, en el tiempo de la gracia, se nos llama a dar de nosotros mismas, superando la tentación de quedarnos cómodamente inactivas.
Rompiendo las Cadenas de la Indiferencia
¿Podríamos permitirnos descansar en Sion mientras el mundo está condenado a nuestro alrededor? La respuesta bíblica es un claro no. Las mujeres cristianas deben romper las cadenas de la indiferencia y abrazar un compromiso activo con el mundo que las rodea. No podemos quedarnos cómodamente inactivas mientras hay almas sedientas de la verdad del Evangelio.
Superando el Miedo al Desconcierto
La comodidad a menudo está vinculada al miedo al desconcierto. Tememos lo desconocido, las situaciones incómodas y los desafíos inesperados. Sin embargo, la Biblia nos asegura que no estamos solas. Dios nos promete Su guía y fortaleza mientras caminamos en obediencia a Su llamado. Al confiar en Él, podemos superar el miedo y abrazar una vida que va más allá del bienestar autoimpuesto.
Manos a la obra
En el siglo 21, la mujer cristiana está llamada a romper las cadenas de la comodidad y abrazar una vida de servicio, amor y evangelización. La perspectiva bíblica nos revela que la comodidad no debe ser nuestra meta; más bien, debemos seguir el ejemplo de Jesús, quien se dio a sí mismo por amor. Como mujeres de fe, recordemos siempre la clave: «Como Yo (Jesús) di, dad». En este acto de dar, encontraremos una plenitud que va más allá de cualquier comodidad temporal. ¡Que nuestras vidas reflejen la luz de Cristo mientras nos aventuramos más allá de la comodidad y abrazamos la misión que Dios nos ha encomendado!
Oración
Amado Dios, hoy me postro ante Ti con un corazón dispuesto a romper las cadenas de la comodidad. Capacítame para imitar el desinteresado amor de Cristo, recordándome que «Como Yo (Jesús) di, dad». Que mi vida sea un reflejo de Tu sacrificio, superando la indiferencia y abrazando una entrega activa a quienes me rodean. Libérame del miedo al desconcierto, confiando en que Tu guía y fortaleza me acompañan. Capacítame para evangelizar con valentía, superando cualquier temor. Que mi vida, en cada paso, sea una ofrenda viva a Tu servicio, llevando la luz de Cristo a un mundo necesitado. Amén.
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” Lucas 6:38. (LBLA)
Hola amiga, la verdad que la comodidad es un gran mal dentro del cristianismo, muchas veces no hacemos nada, y Dios nos ha llamado a predicar su palabra aquellos que no le conocen.
amiga gracias por recordarmelo, el Señor te bendiga, te deseo una bella semana.
Estimada Pat. gracias por tu visita y comentarios en el blog. Espero que toda gracias del Padre sea sobre ti. el tema que tratas es muy cierto, parece que un gran sector de los ministerios a perdido el filo profetico y la esencia de proclamar el Reino de Dios. Besos infinitos. Kadosh G.A.
Hola Pat… no tengo palabras para esta entrada, cada uno deberíamos examinarnos y meditar hasta qué punto estamos cumpliendo este mandato de Jesus: "Id y haced discípulos a todas las naciones…."
Feliz fin de semana.