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El amor triunfa sobre el fracaso

Por Amor, Dios, Evangelismo, Reflexión, Sanidad4 minutos de lectura
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El amor del Padre es tan increíble. Mi historia e imagen favorita del amor supremo se encuentra en la narración del hijo pródigo. Este hijo había desperdiciado su herencia viviendo perdidamente, había dado la espalda a su familia y había decepcionado a su padre, pero el corazón de su padre siempre estaba vigilante, atento y listo para la llegada de su hijo. Incluso antes de que el hijo llegara a casa, el amor de su papá ya se había tragado sus errores.

De la misma forma, el Señor nos vio desperdiciando nuestras propias vidas y vino para portarse con nosotros como este padre quien, incluso cuando el hijo todavía estaba lejos, lo vio, corrió hacia él y lo abrazó y lo besó. Era el hijo del chiquero, al que muchos no querían acercársele porque no podían soportar el olor hasta ver quién estaba detrás de él: un ser humano lleno de las promesas de Dios.

Pero el amor de su padre era demasiado fuerte como para dejar de ser. El hijo se para frente su papá con el hedor de las malas decisiones en todo el cuerpo y el padre lo viste con las mejores ropas, hace una fiesta y le da la bienvenida al hogar.

“Él miró más allá de mis errores y vio mi necesidad”. Escribí estas palabras en una canción hace muchos años después de leer el Salmo 18. Pensar en el compromiso de Dios con nosotros me dejó estupefacta, su compromiso de responder a nuestro llamado y, cuando estamos en problemas, estar allí para ayudarnos.

A veces mueve el cielo y la tierra para intervenir; otras veces da las respuestas a través de personas ordinarias como usted y como yo. Si nos separamos de aquellos que se están alejando de la fe, juzgamos sus decisiones inmaduras y los desechamos cuando cometen errores, entonces no debemos llamarnos líderes. Cualquiera puede conducir a otros durante los buenos tiempos, pero los verdaderos líderes saben cómo conducir a las personas a través del desierto y mostrarles cómo permanecer firmes en los tiempos difíciles.

Es como la paternidad. El privilegio más maravilloso e increíble en este planeta es que se nos confíe la formación de estas pequeñas vidas. Pero también le puedo asegurar que es el trabajo más difícil, estresante y emocionalmente agotador que existe.

¿Cómo sabrán las personas que vale la pena seguirnos? Juan 13:35 explica: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Amor es una palabra grande, una palabra de acción, lo que significa que requerirá un esfuerzo de nuestra parte. Para Jesús, el amor significó sacrificio, así que no debe sorprendernos cuando aprendamos que guiar a la manera de Dios significa amar a la manera de Dios, la manera del sacrificio. Algunas de las personas que usted y yo amamos tienen el potencial de ser peligrosos para sí mismos, para usted, para su equipo y para la iglesia. Y no podemos hacer nada sin la sabiduría de Dios, ni siquiera amar. Pero podemos confiar en la Palabra de Dios y en el poder de la oración para mostrarnos cómo cubrirlos y ayudarlos para que obtengan la sanidad que necesitan. Tengo que admitir que me han sorprendido mucho las conductas “secretas” de algunas personas. Puede que Dios quiera que las acompañemos durante semanas, meses o años, o puede que quiera que los conduzcamos hacia uno de los servicios de la comunidad donde se ofrece ayuda profesional, ayuda que la iglesia no está equipada para proporcionar. Recuerde, no necesita tener todas las respuestas.

–Extracto tomado del libro El arte de ser un mentor de Darlene Zschech


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