Cómo recuperar el gozo tras haber padecido una infidelidad
Respuesta:
Es lógico y normal que te sientas rechazada, humillada y enojada después de pasar por una infidelidad. La herida es muy profunda, estas heridas toman tiempo para sanar, pero con la ayuda de Dios y poniendo toda tu voluntad se logra.
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Perdonar la infidelidad es posible y sanador
Lo primero que tienes que hacer es perdonar en oración a tu esposo y a la mujer con la que cometió la infidelidad, porque el perdón es el principio de la sanidad. Es cierto que la ofendida fuiste tú, pero cuando tú perdonas eres tú quien va a ser libre del resentimiento que está anidándose en tu corazón. El perdón te hará bien a ti… es el principio de la sanidad y restauración.
El siguiente paso será renunciar a todos los sentimientos negativos que te atormentan: ira, celos, rechazo, dolor… y entrégaselos a Dios. No son forman parte de ti, Dios no te ha dado todo eso.
Lo que sigue será pedir sanidad para la herida y que el amor de Dios, su aceptación y su afirmación te envuelvan… Recibe libertad, amor, gozo, paz del corazón de tu Padre que te ama. Cree que realmente estás recibiendo la sanidad y libertad. Llénate del poder del Espíritu Santo para poder pasar al siguiente paso.
Caminar en perdón
Es necesario que practiques a sonreír, a evitar el reclamo y el pleito. No te preocupes si todavía sientes algunas emociones que te alteran, se irán yendo poco a poco… Cada vez que los recuerdos lleguen a tu mente vuelve a declarar el perdón, vuelve a renunciar a las emociones negativas y nuevamente llénate de todo lo bueno que Dios tiene para ti.
Te hará bien orar por tu esposo y deja que Dios se encargue de cambiar lo que sea necesario en su corazón. Tus emociones se irán calmando, a medida que reafirmas el perdón y la libertad en tu vida… y tendrás un renovado amor por tu esposo que hará que tu matrimonio será mucho más sólido que antes de esta situación.
Por Lidia E. Cames
Mi invitada de hoy es mi amiga Lidia, del blog Arcoiris de promesas. Es Consejera de Mujeres y escritora, esposa y madre, una ferviente hija de Dios.