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Me gustan los retos. Son motivadores… si los miras desde la perspectiva correcta. Para esta niña bajar de la pequeña altura del tronco del árbol puede ser abrumador,  o quizás simplemente esté calculando el riesgo.
Recuerdo cuando niña, los juegos que hacíamos con mi hermano y mi papá. Mi hermano, tres años mayor que yo, era un atleta para mi, sin miedo a nada. Siempre ganaba todas las carreras y desafíos, físicos o intelectuales. ¿Podré ser algún día como él?


Teníamos uno que era muy difícil, y consistía en arrojarse de cierta altura hacia el suelo y caer de pie. Había que tomar carrera, calcular caer donde hubiera césped y lo más importante, perder el miedo!
Para una niña esto era imposible. Sin embargo, era uno de mis juegos preferidos. ¿Cuál era mi confianza? que mi papá estaba allí abajo para sostenerme. Al principio, dudaba que siempre me agarrara. Pero cuando ví que siempre me sostenía, ya no tuve más temor… y hasta quería levantar el sitio desde donde arrojarnos! mi papá estaría allí con sus brazos fuertes.
Así es hoy en día, querida amiga, querido amigo. Algunos se sienten abrumados en su vida cotidiana cuando ven que el solo hecho de atravesar la puerta de su hogar representa un reto.
¿Tienes la perspectiva correcta? ¿o sientes que te invadió el temor?
Los brazos de tu Padre están siempre dispuestos a sostenerte. El está contigo siempre, aunque no lo hayas notado o no le hayas hablado en este día. El ha prometido sostenerte, y estar contigo siempre hasta el fin del mundo.
Acepta el desafío de vivir cada día confiando en el Señor. Nunca te abandonará.

#PatMV

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